miércoles, 18 de julio de 2012

El hombre vio a su propia sombra ante él.

Sonreía entre la amargura y soledad que le acompañaba, el le dijo que quieres, ella respondió ya ni a ti ,sólo me siento a ver como es tu hiel que te recorre en cada vena.

El hombre vio a su propia sombra ante él.

Lloraba por el tiempo que escapaba , sabia que sonaban a hueco sus palabras miraba lo profundo de su tiniebla, miraba su rostro en ella.

El hombre vio a su sombra a su sombra ante él.

Le hablaba de todo lo que fue ,lo que ya no era, lo que no sabia si alguna vez fué ,lo que una pudo ser, lo que no sería nunca más ya jamás.

El hombre vio a su sombra y su sombra le miró a él.

Como el silencio mata el tiempo sus ojos helaron su corazón, como el aire quema la vida su rostro helaba su corazón notaba el daño de los años ,el peso de su alma no era más que la milésima parte de lo que una vez llegó a ser.

El hombre se vio a sí mismo y en ese momento el hombre dejó de serlo.

El tiempo cubría las hendiduras de la herida en que se dejó caer ,donde dejo su vida.
Ya no fue más, no hubo mas ni tuvo más ,no sintió más .

Entonces comenzó a existir.

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